Inversiones

Mejor técnica de inversión que hace rendir tu tiempo y dinero, convirtiéndolo en una jugosa utilidad.    

Te ayudamos a conocer los diferentes mercados financieros en dónde puede poner a trabajar tu dinero. Existen grandes opciones, pero éstas dependen de tus metas y perfil financiero.

¿Qué es la inversión?

Inversión es una cantidad limitada de dinero que se pone a disposición de terceros, de una empresa o de un conjunto de acciones, con la finalidad de que se incremente con las ganancias que genere ese proyecto empresarial.

Hay una serie de elementos que la definen:

  • Un sujeto (Inversor)
  • Un activo financiero (Dinero)
  • La renuncia a una satisfacción inmediata
  • Un activo en el que se invierte
  • Una promesa de recompensa futura más o menos incierta
  • La inversión es financiera cuando el dinero se destina a la adquisición de activos cuyo precio depende de las rentas que se supone generarán en el futuro, como las acciones de una empresa, depósitos a plazo y los títulos de deuda.

Toda inversión implica tanto un riesgo como una oportunidad. Es un riego debido a que la devolución del dinero que invertimos no está garantizada, y es una oportunidad debido a que puede ocurrir que se multiplique el dinero invertido.

Cuatro variables de la inversión privada

En toda inversión hay que considerar cuatro variables distintas pero relacionadas:

  1. Rendimiento esperado, es decir, la rentabilidad que esperamos obtener de nuestra inversión, y se suele medir como porcentaje de la cantidad invertida. Aquí hay que contemplar que hay una relación directa entre el rendimiento esperado y el riesgo asumido: a mayor rendimiento, mayor riesgo.
  2. Riesgo aceptado, es decir, la incertidumbre sobre el rendimiento y sobre la posibilidad de que no se recupere el dinero invertido. Esta es una variable muy subjetiva y que definirá el perfil del inversor. Un inversor conservador tenderá a invertir en productos de bajo riesgo, por ende, de menor rentabilidad, como son los títulos de renta fija o los depósitos a plazo, aunque el interés sea menor que el que podría obtener en títulos de renta variable u otras inversiones.
  3. Horizonte temporal de la inversión, que puede ser a corto, medio y largo plazo. Las inversiones a más largo plazo suelen ofrecer tipos de interés mayores que los plazos menores. Un ejemplo claro son las letras del tesoro frente a los bonos u obligaciones del estado.
  4. Liquidez de nuestra inversión; es decir, con qué rapidez podemos recuperar nuestra inversión y a qué coste en caso de necesitar recuperarla. Por ejemplo, no es lo mismo invertir en acciones de uno de los grandes bancos del país, para los que se negocian diariamente en el mercado continuo miles de títulos, que hacerlo en una empresa cuyo volumen es muy bajo, por tanto, desprendernos de los títulos podría llevar días, e incluso semanas.